Tras no encontrar apoyo financiero ni un comprador, Bertone entró inevitablemente en bancarrota debido a las deudas acumuladas a lo largo de los últimos 5 años, que ascendían a los 31 millones de euros.

No ha llegado a aparecer el comprador para el imperio Bertone dispuesto a seguir con el negocio, y eso que según los rumores el precio no era demasiado escandaloso. Suponemos que es debido a que lo único que se podía comprar era una colección de prototipos que podrían venderse sólo en un lote completo al ser considerados “Patrimonio Histórico Nacional” en Italia.

El gobierno italiano considera patrimonio los coches clásicos de Bertone y sólo se podrán vender todos juntos a un único comprador italiano. Declarar una colección de coches como patrimonio nacional, nos demuestra una vez más que Italia nos lleva muchos años de adelanto en cultura automovilística.

A esto habría que sumarle que los derechos del nombre expiran a finales de este año y para poder seguir usándolo habría que renegociar con el propietario, Bertone Cento, la cual  ha abierto recientemente un nuevo centro de diseño, “Bertone Design” en Milán y cuenta también con la propiedad del logo.

En los últimos meses ciertos fabricantes habían mostrado interés en Bertone, sobre todo tras ver lo bien que le iba a ItalDesign tras haber sido comprada por Volkswagen. 

Michael Robinson, el último director de diseño de Bertone, se niega a seguir hablando de la empresa, dice haber pasado página y que no puede darse el lujo de seguir con este culebrón.

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