Audi lanza una nueva campaña publicitaria para su modelo más emblemático, el Audi A4, que expresa a la vez emoción y tecnología, sentimiento e ingeniería, magia y ciencia. Audi vuelve a atrapar al espectador con una campaña emocionante, conmovedora, enternecedora, simpática y notoria. El Audi A4, un referente del mundo del automóvil, despierta la admiración en una acción lanzada principalmente en televisión, pero con presencia también en prensa, revistas, radio y online.
La campaña del Audi A4 TDI e “Advanced Edition” ha sido ideada por la agencia de Audi en España, DDB Barcelona, bajo la dirección creativa de Alberto Astorga, y realizada por Nacho Gayán, de la productora Agosto y por la agencia Double You para los medios digitales.
En su realización ha contado con el trabajo de dos prestigiosos estudios. El primero, Big Lazy Robot, reconocido internacionalmente por su participación, entre otras, en producciones coma la película ‘Transformers’, ha sido el encargado de todo el trabajo en 3D, para lo que crearon un futurista y sofisticado robot, de complejos movimientos basados en los ‘Parkour’, el arte de desplazarse por la ciudad superando obstáculos con habilidad.
El segundo estudio, Asylum, es uno de los más prestigiosos de Inglaterra y, además de haber trabajado para las marcas más importantes del mundo, también lo había hecho anteriormente para el Audi A4 en los spots de “Cuerdas” y “Cubo”. Ellos se han encargado de toda la animación mecánica, cuya aparente simplicidad esconde unos complejos mecanismos.
El resultado es una pequeña joya cinematográfica. Un spot muy estético, preciosista, sin efectismos ni estridencias, que nos muestra la comparativa, el contraste, entre dos sentimientos parecidos: por un lado, la admiración de un robot antiguo por un sofisticado robot; por el otro lado, la admiración de un humilde y simpático cochecito de juguete por un Audi A4.
El spot muestra los sentimientos que suscitan la tecnología avanzada ante el pequeño robot y el coche de juguete. Ellos anhelan, ambicionan, sueñan y admiran lo que entienden como perfección. Y ellos centraron la atención durante el rodaje.
Pese a su aparente rudimentaria tecnología, lo cierto es que disponían de un complejo mecanismo de circuitos interior, que requirió dos especialistas ingleses para accionarlos con un mando de radiocontrol. En cuanto a su animación, la coherencia obligaba a aceptar sólo mínimos movimientos de luces, en el caso del coche de juguete, o de cabeza, en el caso del robot, así como una leve iluminación de los ojos para humanizarlo y permitirle expresar ciertas emociones, como atención, interés, admiración, decepción. Y viéndolo, realmente parece que cobra vida.
La música de la película “El mago de Oz”, el hombre de hojalata que quería tener corazón, hace el resto con el tema “If I only had a heart”. El resultado es una campaña original, diferente, carismática, emotiva. En otras palabras: admirable. Porque al fin y al cabo, es así de simple: todos admiramos a alguien.
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