Cuando allá por 1964 se estrenó Goldfinger – la tercera película de la saga de James Bond- el espía más famoso de la historia aparecía con una nueva compañía: el Aston Martin DB5.

Su icónica silueta lo identifica como “el coche de 007”. A pesar de haber utilizado otros modelos de Aston Martin y de otras marcas, éste ha sido el que más ha aparecido como compañero de aventuras del señor James Bond, incluida la última hasta la fecha, “Skyfall”.

Pero antes de entrar en materia, vamos con una brevísima clase de historia..

La compañía Aston Martin fue creada en 1913 por los británicos Lionel Martin y Robert Bamford. Inicialmente denominada  Bamford&Martin Ltd. ,en 1914 pasó a llamarse Aston Martin  gracias a las victorias conseguidas por Lionel Martin en las carreras de Aston Hill.

En 1947 entra en escena Sir David Brown. Las dificultades financieras que atravesaba la compañía y que arrastraba ya incluso antes de la guerra, ponían en peligro su supervivencia. Brown, que poseía  una compañía de tractores, adquirió la Aston Martin y también otro fabricante británico  de automóviles de lujo, Lagonda.

Este fue el inicio de la “era David Brown”, que identificaría a sus modelos con sus propias iniciales.  El DB2 apareció en 1950, el  DB Mark III en 1957, y en 1958 nació el DB4, el antecesor directo del DB5.

1957 Aston Martin DB4

El DB4 , que supuso una revolución en la historia de la marca, estuvo en producción hasta 1963, año en que se presentó su sucesor, una evolución mejorada del mismo, el DB5.

Características técnicas

El nuevo modelo, a simple vista similar al  DB4,  presentaba bastantes evoluciones. Para empezar, el motor de 6 cilindros en línea pasaba de cubicar 3,7 litros a 4 al incrementar la carrera, y se incorporaba una alimentación por medio de 3 carburadores  SU.  La potencia máxima por tanto se vio incrementaba desde los 240 CV  que rendía el motor del DB4 hasta los 285 CV.

Los primeros DB5 equipaban la caja de cambios manual de 4 velocidades con overdrive del DB4, o una opcional automática de  tres velocidades.  Al poco tiempo, la caja manual dejó paso a una nueva ZF de 5 velocidades sincronizadas que le permitía alcanzar los 230 km/h.

Las mejoras no se quedaban ahí.. el equipo de frenos equipaba un sistema de  doble circuito , frenos de disco a las cuatro ruedas  y pinzas Girling ,  con llantas de 15 pulgadas.

La suspensión en el eje delantero era independiente de paralelogramo deformable,  resortes helicoidales y amortiguadores telescópicos. Detrás se contaba con una configuración de suspensión semirrígida de brazos tirados.

La inconfundible silueta de la carrocería,  basada en la línea del DB4,  fue creada por la afamada firma “Carrozería Touring” de Milán, haciendo uso de la técnica “Supperleggera” que la hizo famosa. En esta tecnología, los paneles ligeros de aluminio son fijados a una estructura tubular soportada por el chasis.

El DB5 permaneció en producción hasta 1965, año en que el dejó paso a su sucesor, el DB6, tras 1.059 unidades fabricadas.

Otras versiones

A pesar de ser la versión cerrada 2+2 (saloon) la más conocida, Aston Martin creó  otras variantes de carrocería.

Del  “DB5 Convertible”  fueron comercializadas de 1963 hasta 1965 unas 123 unidades. Los últimos  descapotables construidos hasta 1966 llevaban en cambio ya el famoso apellido “Volante” que Aston Martin aplica desde entonces a sus carrocerías sin techo.

La versión de altas prestaciones “Vantage” apareció en 1964, con mejoras en el motor y la alimentación que aumentaban la potencia hasta los 315 CV.  Sin embargo de esta versión sólo se fabricaron  65 unidades.

…y llegó James Bond

El DB5 ya sería de por sí un valorado clásico por ser un Aston Martin.. pero sería un desconocido por el gran público de no ser por su aparición en Goldfinger  a manos del espía creado por Ian Fleming.

Aunque en la novela en la que se basa la película Fleming  le puso  al volante de otro coche (un DB Mark III), el encargado de diseño de producción Ken Adam eligió el DB5, en aquél momento el modelo más sofisticado y moderno de la marca británica.

Como un coche de James Bond sin artefactos ni inventos no es de recibo, el experto en efectos especiales John Stears se puso manos a la obra y con la base de un DB5 empezó a instalar los “gadgets”. En el guión original el único sistema especial que equipaba era la pantalla de humo, pero se empezaron a animar y de las ideas de los componentes del equipo surgieron las placas de matrícula giratorias,  el asiento eyectable, o el “dispensador” de aceite.. En unas pocas semanas estuvo listo el prototipo y preparado para el rodaje.

Curiosidades…

Y para acabar, una ración de curiosidades..

• En Goldfinger, algunos gadgets no fueron instalados realmente en el coche.. las escenas del asiento eyectable y las ruedas con pichos fueron rodadas en estudio.
• El DB5 ha aparecido hasta en 6 películas de la saga:  Goldfinger, Operación Trueno ,Goldeneye , El Mañana nunca muere, Casino Royale y Skyfall. En algunas , sin embargo, aparece brevemente..
• El creador del DB5 de 007, John Stears, es también el padre de tecnologías de una galaxia muy muy lejana.. como los sables de luz Jedi,  R2-D2, C3-PO o el Landspeeder de Luke Skywalker
• Uno de los propietarios más famosos de un DB5 fue Paul McCartney . Lo adquirió en 1964 y fue  subastado hace un par de años.. por unos 384.000 €
• Hablando de dinero… si eres un adinerado coleccionista y quieres hacerte con un DB5, imposible encontrar uno en buen estado por debajo de los 300.000 €.
• El DB5 tuvo incluso una versión.. “familiar”.. En realidad no es un familiar al uso, sino una versión “Shooting Brake”: una versión de carrocería que mezcla rasgos de coupé y de un vehículo familiar.. Un carrocero independiente  – Radford –  creó una unidad basada en el DB5  a petición del propio David Brown, y posteriormente acabó fabricando una serie limitada basada ya en el DB6.

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