Un estudio realizado por Ford, explica la gran marca de estrés que se generan en los desplazamientos diarios. La encuesta se ha realizado a 5.500 personas a cerca de sus trayectos diarios y del agobio que estos suponen. Destaca el papel de los atascos y, para los más jóvenes su planificación del transporte, salen pronto de casa y llegan tarde.

El estudio revela que viajar en hora punta en las principales capitales de Europa es una experiencia tan dura como el propio trabajo. En particular este estudio hace referencia a los incordios tanto del transporte privado como del transporte público.

Y es que, las personas que viajan en transporte público como las que viajan en coche experimentan unos cambios radicales de horarios de un modo difícil de prever. Pueden llegara sufrir retrasos no esperados de una hora. Con lo que conlleva: sumar al estrés la bronca del jefe, no llegar a una reunión importante, una cita con un cliente, etc.

Lo que significa que debemos planificar teniendo en cuenta estas arbitrariedades de la urbe para poder tener un horario ‘normal’.

Es por esto que marcas de coches como Ford y, ahora me viene a la cabeza, Toyota están desarrollando sistemas de interconexión entre coches, sensores de la ciudad públicos y demás elementos para poder ‘manejar’ de modo inteligente las comunicaciones dentro de la ciudad.

Sistemas de Smart Mobility, la solución para coordinar el transporte en la ciudad

Lo explicábamos con el sistema Ha:mo de Toyota. Ford se apunta con su plan en Smart Mobility mediante el cual realizará 25 experimentos este año 2015 alrededor del mundo para desarrollar un sistema aplicable a la movilidad urbana.

Por lo visto las compañías de coches no sólo quieren vender coches sino realmente dedicarse al servicio de su producto, un cliente no compra un Ford, un cliente compra una manera de desplazarse. Luego las compañías de coches están vendiendo desplazamientos… y a eso apuntan ya que en sus planes de movilidad inteligente no sólo hay coches sino transporte público, bicicletas, o car sharing.