El coche en el que asesinaron a Kennedy, el Lincoln SS-100-X

John F. Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, mientras desfilaba junto a su comitiva por las calles de Dallas, en el asiento trasero de un Lincoln SS-100-x. Vamos a conocer un poco más este coche, un clásico donde los haya.

Cuando la Casa Blanca encargó la compra de este Continental Convertible de cuatro puertas, el Advanced Vehicles Group de Ford se puso manos a la obra, bajo la denominación en clave SS-100-X. El coche recibió pocos cambios con respecto a la versión de producción, en apariencia. Pero sólo en apariencia. El precio base de apenas 7.347 dólares aumentó hasta cerca de 200.000 dólares tras la conversión.

La denominación de SS-100-X fue el nombre en clave del Servicio Secreto de los Estados Unidos para la limusina presidencial, un vehículo basado en un Lincoln del 1961 que entró al servicio de la Casa Blanca en marzo de 1961.
El vehículo fue “tuneado” para poder cumplir con sus funciones presidenciales: un motor de 350 CV de potencia construido a mano, pintado de un elegante color azul medianoche, el interior se equiparon nuevos asientos con tapizado presidencial y un asiento elevable hidráulicamente para el presiden, peldaños retráctiles y asideros para los agentes de seguridad y varios tipos de capotas, ni los cristales ni la carrocería eran blindados.

Lincoln SS-100-X

Tras la muerte de Kennedy se invirtieron más de 500.000 dólares en reformar la limusina presidencial, con especial atención al blindaje y la seguridad.

Su peso de serie era de 2,4 toneladas, y aumentó hasta las 3,3 toneladas tras las primeras modificaciones. Tras el asesinato presidencial en 1963 el Lincoln limusina emprendió una serie de modificaciones enfocadas a mejorar la seguridad de cara a futuros presidentes. Se cubrió con un techo rígido fijo, se reforzó la protección del habitáculo y se instalaron neumáticos run flat, capaces de seguir rodando tras un pinchazo.

 Se añadiría un cristal antibalas de gran calibre en la parte trasera del coche. El motor fue reemplazado por otra unidad con un 17% más de potencia y se mejoraron detalles relacionados con las comunicaciones.

La inversión fue de más de 500.000 dólares para este proyecto, en los que el coche ganó 1,1 toneladas de peso y fue empleado por presidentes estadounidenses como Johnson, Nixon y Ford. El coche permaneció en servicio hasta principios de 1977, cuando fue retirado de circulación. Ahora descansa en el museo Henry Ford de Dearborn (Michigan, EE.UU.) donde cualquiera puede apreciar su majestuosidad y sucesivas modificaciones.

1961_Lincoln_model_74A

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