
Los coches de James Bond, el agente 007
Siete actores han dado vida a James Bond desde mediados de la década de los 60, durante veintitrés películas. Hay algo que siempre ha acompañado al agente tanto como el Martini (removido, no agitado), sus lujosos y glamurosos coches.
Espectaculares, plagados de ‘gadgets’ y con extra de clase y glamour, los modelos conducidos por James Bond han pasado a convertirse en icono e, incluso, en leyenda.
A continuación repasamos los vehículos que ha usado James Bond en sus películas:
El debut cinematográfico del Lotus Esprit sería en 1977, en “La Espía que me amó”. Se dispusieron dos unidades de serie para el rodaje además de otras tantas especiales. Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1975, mecánicamente, el Lotus Esprit nació con un bloque de cuatro cilindros y dos litros que rendía 162 CV y le permitían acelerar hasta los 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 222 km/hora.
Tras el ‘folclore’ de los años 80 en los que James Bond casi acabó parodiándose a sí mismo y con la huella dejada por el Lotus Esprit, 007 volvió a conducir un Aston Martin. Se trataba del Aston Martin V8 Vantage, que hizo su aparición en la gran pantalla en 1987 con el largometraje “Alta tensión” en el que también se estrenó a un nuevo protagonista: Timothy Dalton.Dos fueron los modelos que usó el agente del servicio secreto británico: un Aston Mratin V8 Vantage Hardtop y un Aston Martin Volante Softop (descapotable), dotados con un sistema adicional de propulsión por cohete, un dispositivo para cortar el hielo, así como neumáticos con clavos, rayos láser, carrocería ignífuga, dispositivo de autodestrucción o un sistema parecido a los actuales Head up Display capaz de proyectar sobre el parabrisas cierta información para 007.
El Aston Mratin V8 Vantage Hardtop se trataba de un cupé fastback con cierto aire al Ford Mustang de finale de los 60 aunque con otro poder de representación. Además, su motor 5.3 de unos 380 CV (aunque llegó a alcanzar los 450 CV con versiones potenciadas hasta los 7,0 litros de cilindrada) lo que le permitía ser el segundo deportivo más rápido del mundo por detrás del mítico Ferrari Daytona.
BMW reservó el lanzamiento de su Z3 en exclusiva para el estreno de “Goldeneye” (1995). Así que las dos unidades pre-serie que la marca cedió para el rodaje de la cinta eran custodiadas día y noche y fueron devueltas a la fábrica en cuanto se terminó la grabación.El éxito fue brutal y tanto el público cinéfilo como la crítica automovilistica aplaudieron el inicio de esta nueva etapa en la historia de los coches de James Bond. No obstante, como guiño a la tradición del personaje, 007 aparece conduciendo una réplica del Aston Martin DB5 en algunas escenas como coche personal.
Uno de los grandes aciertos de BMW con este modelo (además de un seductor diseño exterior) fue una oferta mecánica muy variada y que fue desde los 1.8 de 115 CV, hasta las bestiales versiones ‘M’ con 321 y 325 CV de potencia para el motor 3.2 de seis cilindros en línea.
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