Cuando oímos la palabra “adolescente”, irremediablemente nuestra mente la asocia a “etapa complicada”. Sin embargo, si hacemos la traslación a la trayectoria vital de un coche, la experiencia es bien distinta. Y es que… ¿cómo resistirse a un modelo que alcanza el equilibrio perfecto entre la frescura de la juventud y la madurez exquisita? Esta es precisamente una de las principales características del VO procedente de renting, que se alza como la alternativa más smart del Salón del Vehículo de Ocasión, que se celebra del 13 al 22 de junio en Madrid. Arval, compañía de movilidad de BNP Paribas, proporciona las claves para “dominarlos”…

Joven, pero con la “cabeza” bien amueblada

Cuando conocemos a un coche adolescente, nos rendimos ante un joven hecho y derecho sin ningún tipo de lagunas. De esta forma, manejaremos prácticamente un último modelo, pero muy bien equipado, con dominio absoluto de los últimos avances en tecnología y seguridad.

Con talento, pero sin arrogancias

No es de extrañar, por tanto, que el coche adolescente sea el más deseado del mercado de ocasión. Concuatro años de experiencia sobre el asfalto, reúne la frescura de la juventud y el bagaje necesario para hacer el mejor papel en la carretera, pero sin grandes precios. De hecho, resultan hasta un 55% más baratos  que los de un vehículo todavía sin matricular.

Rodado, pero con salud de hierro

La vitalidad es, sin duda, otra de las grandes cualidades de los adolescentes. Con una media de 60.000 kilómetros a sus espaldas, no sólo tienen toda la vida por delante, sino también una salud de hierro garantizada. Como si se tratase de su historial de vacunas, estos coches cuentan con todas las garantías mecánicas y de mantenimiento, certificado de procedencia y además han pasado todas las asistencias y revisiones en las mejores manos o, lo que es lo mismo, en centros homologados.

Independiente, pero nada rebelde

Por si fuera poco, en una nueva muestra de impecable madurez, el coche adolescente ya ha alcanzado la ansiada independiencia, con la ventaja además de que los episodios de rebeldía que habitualmente presentan a esta edad están más que superados. Nunca traerán de cabeza a sus “padres” con asuntos tan desagradables como pueden ser las sanciones o las deudas pendientes.

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