El Toyota Prius+ que hemos probado hace unas semanas por nuestros probadores ha resultado atractivo y por ello decidimos ampliar la prueba con un lector de nuestro portal al azar, y poder captar sus sensaciones y conclusiones.

Prueba al Toyota Prius+ por un lector

Gonzalo Ruiz Galvez

Solo palabras de agradecimiento a Motorflash.com por vivir en primera persona la experiencia de conducir un hibrido, y no un hibrido cualquiera, sino el desarrollado por Toyota e implantado en el nuevo Toyota Prius Plus . Y es que no  parece difícil identificar a la marca japonesa como auténtico creador e impulsor de la moda Hibrida, y en este sentido el Toyota Prius parece haberse consignado como el auténtico  referente de la “emisión Zero”.

De esta manera he conseguido resolver en primera persona las dudas tantas veces planteadas al colectivo del taxi, a quienes aprovechaba los cortos trayectos urbanos para interrogar a modo de tercer grado sobre el desembarco de la tecnología hibrida, a la que en todo momento  he sentido como amenaza y alternativa racional al tradicional mundo de motor, donde el exceso de caballos y el ruido de motor se convertían en argumentos esenciales de cualquier vehículo que pretendiese hacerse un hueco en los corazones de los aficionados. Sobre dicha premisa personal, me temo que en buena parte superada,  afrontaba con gran curiosidad  el manejo y funcionamiento de la tecnología hibrida.

Dos han sido los días en los que he podido tomar contacto con el Toyota, y tengo que decir que mis sensaciones han ido variando a lo largo de cada hora empleada en la conducción del vehículo.

Toma de Contacto

De esta forma, comenzando con su estética, no tengo mas que palabras de elogio hacia Toyota, pues he podido advertir como han conseguido  dar con una imagen de marca que identifica a todos sus vehículos a la vez que los dota de una estética moderna y juvenil. De esta forma cabe destacar la acertada estética del frontal, quizás algo mas cuestionable cuando hablamos de la zaga, pero en conjunto mas que acertada.

Igualmente positivo el esfuerzo realizado por incorporar siete plazas a un vehículo de unas dimensiones que quedan dentro de los límites de manejabilidad en ciudad, pues aun no siendo el acceso a las plazas traseras excesivamente cómodo, el sistema ideado esta resuelto más que razonablemente  considerando las dimensiones del coche.

Entrando de lleno en el funcionamiento del Vehículo, tengo que reconocer la fascinación que me supuso el vehículo en los primeros compases de uso, fascinación en parte provocada por el gran entretenimiento que supone  intentar circular en la modalidad eléctrica, que de antemano ya advierto conlleva un enorme esfuerzo y tino, a lo que se ha de sumar la necesidad de dejar las prisas y el estrés aparcados en casa, y es que el consumo hibrido solo puede entenderse en asociación con un uso extremadamente tranquilo del vehiculo. Y así resulta fascinante maniobrar en estacionamientos cerrados para mas tarde adentrarse en el espeso tráfico madrileño y observar como el enorme tiempo empleado en atascos se convierte en un entretenimiento de juego con el acelerador en búsqueda de supuestos consumos mínimos, y todo ello en compañía del  galáctico cuadro de mandos donde se muestra un esquema de distribución de uso motor/baterías, que hace las delicias no solo de los legos en este tipo de vehículos, sino también de los niños inquilinos de los asientos traseros.

Y es que el interior del vehículo ha sido desarrollado en plena consonancia con la imagen que durante los últimos años viene proyectando Toyota de modernidad y vanguardia,  e insisto que a pesar del elevado uso de materiales plásticos empleados en el interior, el resultado resulta bastante satisfactorio.

Comportamiento

Superados los primeros momentos de toma de contacto en ciclo urbano, me adentro  en carreteras secundarias, percibiendo la agilidad del vehículo y el cómodo guiado de la dirección. Pero fuera del ámbito urbano, surgen los primeros desencuentros, ya que los momentos en que se exige al coche todo su potencial,  se tiene la sensación de que el coche no responde, es decir, que uno se queda sin fuerza, o quizás procedería decir “desenchufado”, lo anterior unido al enorme lastre que supone la excesiva rumorosidad del motor (en clara contraposición con el  delicioso empleo del vehículo en modo eléctrico). Y es que ni el motor, ni su ruido ni el variador continuo responden a lo esperado.

¿Pero queda todo  lo anterior compensado con unos consumos “electrizantes” ?

En ciclo urbano pudiera ser, en carretera, tengo la sensación de que las diferencias respecto a un motor diesel moderno son mínimos, a lo que le sumamos el inconveniente en este caso de la elevadísima rumorosidad del motor a plena exigencia y su negativa respuesta en comparativa con el enorme par que suelen desplegar los actuales diesel.

Conclusiones

De esta forma cabe concluir que el Toyota Prius Plus se presenta como una alternativa eficaz para la ciudad, opción mas cuestionable si el destino de la conducción prevé el ciclo extraurbano o carretea. Ahora bien, lo que si despierta el Toyota es la sensación de estar colaborando activamente con el medio ambiente, lo que a muchos les hará sentir muy orgullosos consigo mismos, hasta el punto de desatender el precio de compra del coche, quizás algo elevado para las prestaciones que ofrece.

Prueba de Toma de Contacto del Toyota Prius+ de Motorflash

Prueba dinámica del Toyota Prius+ de Motorflash