El Volvo V40 es un coche al que, como os mostraré en el vídeo, se le podría diagnosticar la personalidad múltiple. No con ello quiero decir que sea malo, es que tiene muchas cosas buenas, cada una de su padre y de su madre. Descubramos la locura de un coche que, mires por donde lo mires, es sumamente precioso. 

Toma de contacto 

En el momento de recoger el V40 del garaje de Volvo, tenía unas expectativas muy altas, ya que no nos habían confirmado una motorización específica, yo rezaba por enfrentarme al modelo más radical del V40: el T5. Al entrar en el garaje y ver el T5 me puse algo tenso confiando en que el sueño de probar el V40 más potente se cumpliría. Pero, sin embargo, me acercan la llave de un 4D. Por supuesto que fui sincero y le comuniqué mi decepción -debida a unas altas expectativas-. Me dijo el hombre -muy majo, por cierto-: el diesel te va a sorprender.

Sorpresa del D4 

Voy a ir directamente al grano: El D4 en este Volvo en conjunción con el cambio automático es la gloria. Fueacelerar el motor en posición ‘S’ y todo el conjunto se catapultó de una manera soberbia gracias al cuatro cilindros de 190cv y hace que el aumento del empuje sea gradual. El consumo se situó en torno a los 6 litros para una presión interesante a la que le sometimos . La relación potencia/consumo es realmente la mejor de la categoría y el funcionamiento del cambio automático es soberbio.

Pero entonces, ¿dónde le ves que tenga personalidad múltiple?

Lo explico más o menos en el vídeo y lo aclaro después según los análisis de cada conducción. Ha llegado el momento de ponerse la bata de médico y analizar la personalidad múltiple de éste coche. (Polivalencia dirían otros)

Conducción deportiva:

Me sorprendió tanto el empuje del nuevo motor diesel de Volvo que no pude evitar irme a las carreteras sinuosas de la montaña para sacar al Nerón -que todos llevamos dentro- y hacer que arda Roma.

Al margen del empuje, el coche encuentra ciertas dificultades cuando lo ponemos ‘a tope’. En primer lugar, en curvas cerradas, como buen delantera, tiende a subvirar y se apoya demasiado en los neumáticos anteriores. En curva, la visión queda mellada especialmente cuando es cerrada de izquierda, ya que la barra del chasis es muy gorda y prolongada. Ésta dota de un gusto estético exquisito en la continuidad del capó con el parabrisas delantero, pero dificulta la visión en curvas cerradas de montaña.

La dirección es un poco blanda y el tamaño del volante -que es más de todoterreno, ya que lo comparten entre sí los coches Volvo- no acompaña mucho a esta práctica. Tampoco la suspensión, cuya vocación es el confort, ya que no responde con la rigidez debida. Todo ello contrasta con la finura del cambio y el buen comportamiento de los frenos cuando se les demanda acción.

Conducción tranquila por carretera y autopista

Aquí es donde descubrimos que el Volvo V40 es una joya. Pierde fuerza al tener el techo bajo, pero la gana con la sensación de berlina y, un poco, por el tamaño del volante. Durante este tránsito se manifiestan los sensores como el de cambio de carril que se hace con el control de la dirección -A veces sí, otras no tanto. Yo prefiero un aviso sonoro que alerte de la desviación-.

El control cruise podría ser más intuitivo; hay que presionar el botón correspondiente y dar al símbolo negativo del volante multifunción -me costó un poco descubrir el funcionamiento-. Una vez activado, es una maravilla ver cómo el coche se va frenando y manteniendo la configuración de distancia de seguridad que le hemos señalado. También es de agradecer el driver alert que detecta que deberías parar un poquito a descansar.

Al llegar a casa y apagar el motor descubres una maravilla que ya podrían otros fabricantes tomar nota: el despliegue de luz LED en el interior te hará encontrar hasta esa moneda que se cae entre los asientos.

Sorpresa por un camino de tierra

La sorpresa me la llevé sin querer. Me vi obligado a circular por una pista de tierra y descubrí asombrado cómo se manejaba en tal circunstancia. No es un vehículo para ese cometido debido a su distancia con el suelo especialmente en el morro. Pero todos los matices de SUV que le acompañaban en su conducción ahora cobran sentido.

Viviendo en un V40 y pequeños matices que mejorar y otros a los que agradecer:

El panel del salpicadero

El panel de Volvo que se encuentra en el salpicadero es una apuesta personal de la marca pero no termina de convencerme por varios aspectos: Al estar adelantado de por sí se dificulta la visión por parte del conductor. En otros modelos se encuentra inclinado hacia este. Como pro, que no hay que alargar mucho el brazo. Por contra: no resuelve bien el problema de la mala visión por la falta de contrastes e indicadores pequeños. Tiene un diseño atractivo para la vista pero luego resulta poco funcional. No puedes entretenerte mucho mientras conduces en comprender el funcionamiento del climatizador bizona o cómo cambiar la emisora presionando un botón -que con el navegador, por ejemplo, no funcionaría, busca ahora el botón de radio, etc…-.

Compartimento para llaves, cartera, móvil…

También genera un problema derivado en el recoveco delantero bajo el panel y es que para hacer un uso diario del lugar donde en otros vehículos depositamos las llaves, el móvil o unas monedas para el parquímetro, aquí no es agradable puesto que no se ve bien y la inserción de la mano es molesta. Es mi opinión.

 Estética

Da gusto salir de casa y ver la fachada impresionante. Aunque sea sólo por la estética, muchos tienen mi permiso para hacerse con el V40.

 Amplitud

La amplitud interior y el techo solar es una auténtica gozada de amplitud confort para todos los viajeros.

 Asientos abatibles sencillos

-El maletero es insuficiente tras donar parte a las plazas traseras. Éstas son abatibles y logran una buena mordida de litros de 335 a 1032. Aun así la boca de entrada me parece algo angosta en pro, de nuevo, de dicho diseño majestuoso.

 Diseño de la palanca automática

Quería hacer una pequeña crítica-opinión a la palanca del cambio automático de Volvo a raíz de ésta prueba  es que el cambio es una línea: P-R-/-N-D es decir, si empujo hacia la R -debo pulsar un accionador también- puedo caer en la P sin querer. Esto suele suceder  en momentos algo tensos: como un cambio de sentido ‘in extremis’ lo que hará que el coche se detenga en la P y que el conductor aún se ponga más nervioso.

 Cuadro de mando digital

El panel digital del cuadro de mando y sus tres modos personalizables -que se contagian a la pantalla de la consola- me parece un hito muy bueno e imaginativo. También los displays que se generan según qué modo hemos seleccionado es encomiable y fruto de un buen trabajo.

Conclusión:

Con un motor de 190cv diesel, sacados de un 1.969cc que te aporta un consumo homologado de 3.8l/100 es como para pensárselo. Si no tienes inquietudes ‘racing’ y necesitas un coche que circule como un tren, el Volvo es una opción muy racional y encima es precioso y todo un coche de calidad premium. Es por eso que, como anuncié en el vídeo, “es un coche al que debería aspirar pero no con el que esta noche voy a soñar”.

FICHA TÉCNICA, RIVALES, EXTRAS…

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Un saludo, Eugenio