Para entender al Dacia Sandero Stepway primero hay que conocer bien al Sandero. Un coche dentro del concepto ‘low-cost’ del que ha habido una gran cantidad unidades vendidas. La propuesta de Dacia funciona, la gente que quiere un coche ‘electrodoméstico de movilidad’ , lo tiene. Pero entonces, ¿Por qué pagar unos 1.000 euros más por el Stepway?

Al subirse al Sandero –Stepway- se aprecia –dentro de lo que podemos esperar en este low cost- una mejora generacional en Dacia. Pero es al conducir e interactuar con sus elementos es cuando empiezas a descubrir sus ‘pecadillos’ que tienes que perdonar siendo consciente de que te has gastado unos 10.000€ en tu nuevo coche-SUV. Veamos en el vídeo si perdonamos o no los defectos de este utilitario low-cost.

Retomando brevemente el interior debo mencionar que los plásticos duros están mejor dispuestos y el interior es sobrio y aguerrido, pobre pero digno.

¿Mejor un Dacia Sandero normal o el Stepway?

Como he contado en le vídeo, el Dacia Sandero (y el Stepway) está construido desde la misma base del Clío y realmente está terminado con mucha cabeza: el tamaño del vehículo es urbano pero los pasajeros van de maravilla y el maletero con 313 litros es muy óptimo para las funcionalidades del día a día.

Los precios del Dacia Sandero normal parten de los 8.430€ y del Stepway en unos 10.730€. No nos estamos llevando un todoterreno. Sí un look atractivo que no llama tampoco la atención y, sobre todo una experiencia de conducción urbana bastante grata al ir elevados.

Ya que estamos buscando un coche barato, deberíamos ir a por el normal. Pero si tenemos un presupuesto holgado y lo que queremos es un coche ‘sin tonterías’ recomiendo que antes de tomar la decisión, se pruebe el Stepway, Es realmente agradable la conducción urbana  ya que desestresa la superioridad de la línea de visión.

Motores

Nuestra unidad equipa el 1.5dci diesel de Renault que resulta ser un mechero (4.1l/100) sería recomendable en el caso de tener que realizar muchos kilómetros aunque aquí la comodidad del coche peca ligeramente.

Por eso yo prefiero el gasolina, motor tCe 90. Creo que es un buen coche para ir a hacer la compra o recoger a los niños del colegio. Es decir, para darle un uso de trayectos cortos en donde el menor peso del gasolina y su consumo contenido, precio original y mantenimiento, supera al diésel.

Conducción en campo

Al ir a realizar las fotos camperas del Dacia, accedí a los terrenos de la zona norte de Madrid en donde tuve que realizar algún que otro camino bacheado en donde la altura del Dacia pudo ayudarme lo justo pero se notó la carencia del neumático de carretera y de la tracción delantera. Así que, tras hacer uso de la estética campera y ponerla en consonancia con las flores de primavera, concluí que no es un coche de campo, sí campero y muy agradable de conducir por ciudad.

Autopista y carretera

Cuidado con el ‘macroantenón’. En un parkin subterráneo me asustó golpeando los conductos de ventilación. No la quites, empújala hacia abajo.

En autopista y carretera aumentan las vibraciones y el motor se hace algo presente dentro del habitáculo. Me llamó mucho la atención el sonido del turbo silbando cada descarga. Su sonido entraba desde el propio pie del acelerador y al principio me resultó agradable pero luego algo cansado. Por lo demás, la dirección hidráulica -que no electrónica- aportaba un tacto que, personalmente, me gusta. Los frenos funcionan a pesar de los tambores traseros y el neumático sin ser de lo mejor tampoco es de lo peor. Algo que sí que me sorprendió fue el comportamiento de la suspensión elevada. Esperaba un comportamiento más inexacto propio de un ‘maqueo’ de la unidad normal a la que se le incluye una elevación no natural. Pero queda muy bien.

Conclusión

En estos tiempos de crisis uno valora realmente que no tiene dinero para mantener un cochazo o sólo quiere un coche, o que es absurdo ir en un descapotable a comprar una cuna de un bebé.

Así que, con dinero o sin dinero, uno se plantea si realmente, para hacer los menesteres diarios, podría tener un coche así.

Y yo, sorprendentemente, sí que me compraría un Dacia Sandero. El problema que me frena, que creo que por un poquito más o en el mercado de segunda mano puedo encontrar algo de calidad. Porque creo que el low-cost se cobra en ‘aceptación’ reflejada en un margen calidad-precio que, por lo dicho antes, me hará dudar.

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Eugenio Domenech