El Volkswagen Polo sigue su andadura infatigable ‘since 1975’ por los mercados. Para los enemigos del Polito, entre los que a veces me encuentro, tengo que decir que si se sigue vendiendo será por algo, que el mercado no es tonto y las cifras de ventas y fidelidad son datos objetivos que lo colocan como imprescindible dentro de su categoría. Toca estrenar un nuevo restyling y pedalear en torno a este coche polivalente. Me voy a poner duro con un coche que a veces me pone nervioso pero argumentando cada una de las pegas que le vea y, por supuesto, alabando las bondades que tiene, muchas y muy considerables.
A por el Polo y diferencias estéticas respecto a la anterior versión
En la Torre de Cristal de la Castellana, tras descender a un parking subterráneo, entre los pilares grises nos espera un Polo ‘azul cantoso’ (azul cian según en el configurador). Como últimamente estoy algo macarra, me gusta el color. Me transmite alegría y creatividad. No tanta como el nuevo rediseño que aplica la máxima: si algo funciona, no lo cambies. Es tan difícil de identificar al nuevo Polo con respecto al anterior que he considerado hacer un vídeo en donde conocer las novedades estéticas para que, si te compras el nuevo Polo, puedas explicar las diferencias a tus amigos.
Por cierto que también estrena interior este Polo Navarro -pues ahí se fabrica la pelotilla germana desde 1984 en exclusiva para Europa-. ¡Ahora lo vemos!, toca ponerse en marcha.
Primeras impresiones del Polito azul
Lo primero que ves es la impresión del interior. El azul cian que canta a gritos juventud y creatividad -quizá el espíritu Polo- deja un interior negro y cuadriculado. El único azul que percibo bien desde la cabina es el del retrovisor que me hace caer en la cuenta inmediatamente de que son algo pequeños.
Arranco el 1.2 TSI de 90cv. La llave, lejos de tener algún detalle novedoso, sigue siendo la misma llave negra del grupo VAG de los últimos… ¿10 años? Si algo funciona… No somos tan creativos. El motor se pone en marcha. Es suave y silencioso como buen gasolina que a veces, pasa con los TSI en bajas vueltas, recuerda a un diesel.
Ahora viene lo bueno del Polo: Es engranar la primera marcha y apreciar por qué el Polo sigue siendo un rey de ventas. Avanzo metros -y kilómetros- y confirmo algo que es verdad: el Polo es un buen coche. El conjunto se comporta de una manera confortable más que óptima. La calidad mecánica genera un buen conjunto de sensaciones que se proyectan a través del cambio, muy preciso y suave en este modelo manual (que debería incluir seis marchas y no cinco, en mi opinión). La opción del DSG supone un incremento en unos 1.500€.
Además, el confort de la suspensión es destacable. Se absorben bien los baches y el paso por curva es firme. La dirección se presenta como otro factor importante en la experiencia de conducción, cumple su función con un equilibro destacable. Y es que en esta categoría los autos suelen pecar por una dirección muy asistida por la electrónica y esto no es bueno para el que quiere sentirse a los mandos de un coche y comunicarse con el asfalto.
Satisfecho con la manera de actuar del pequeño vuelvo a los detalles estéticos de su interior. El volante tiene buena presencia, si no tenemos en cuenta el acabado negro del que no encaja bien en la visual. Bueno, cumple su misión: enriquecer los radios frente a la ausencia de los controles multifunción.
Ahora dirijo la mirada al cuadro de mando, la velocidad y revoluciones se aprecian bien. Pero de nuevo estamos en un entorno muy negro y, al carecer de grandes contrastes, no apreciamos del todo bien toda la información.
Es cuando caigo en otra pega sobre la que no sólo quiero acusar sólo al pobre Polito sino a una generación de vehículos que, más que nunca, deberían incorporar un medidor de temperatura del motor. Y últimamente aparecen muchos modelos sin dicha indicación.
Medidor de temperatura del motor, ¿Por qué no hay una medida permanente y presente? ¿Por qué se extiende esta práctica?
Hago un breve inciso para introducir un punto de opinión en la última valoración negativa: ¿tanto cuesta un indicador de temperatura? ¿No es relevante? ¿es tan feo?
La realidad del downsizing supone la creación de motores que trabajan a fuertes presiones en donde el turbo cobra una enorme importancia. Cuando nos manejamos en estos parámetros de rendimiento es realmente importante ser conscientes de la temperatura del motor para templarnos la cabeza si acabamos de salir de casa y no dar acelerones que degradan críticamente los componentes del motor y en especial del turbo. Otro problema es que en el caso de tener una fuga de líquido refrigerante, o de aceite o con la junta de la culata dando guerra, ¿Cómo sabremos que está ascendiendo la temperatura del motor? ¿Será demasiado tarde cuando se dispare el indicador de avería?
Es cierto que el Polo incorpora en uno de los settings de la consola central un reloj de temperatura pero no es suficiente. Debe ser permanente. Si tú, estimado lector tienes algo que opinar de este tema, tienes los comentarios para dar tu visión. -si no funcionan puedes hacerlo en nuestro Facebook–
¿Es un descuido de las marcas? ¿te parece que no es importante este indicador?¿Es una conspiración para que maltratemos nuestros motores como parte de la obsolescencia programada? Aquí dejo el debate servido.
En el ordenador de abordo se aprecia una miniatura de marcha engranada y recomendación del cambio -realmente imperceptible para darle utilidad- ¡Os lo cambio por el indicador de temperatura!
Conducción deportiva
Todos nos damos alegrías de vez en cuando y ¡qué menos que con el vástago del campeón de Rally! Así que toca poner en tabla el acelerador de este urbano y exigirle. A partir de las 2.000 vueltas se catapulta perdiendo algo de fuerza arriba pero demostrando un muy buen comportamiento en todo el rango de revoluciones. Realmente es sorprendente que tenga 90cv, digo esto porque, sin ser un Ferrari, sorprende la capacidad de coger velocidad. Hay que agradecérselo al par de 160Nm entre 1.200 y 3.500 alcanzando el máximo caballaje a las 4.800, llena de empuje todo el rango destacando el trabajo desde las 2.000 hasta casi 5.000 vueltas.
La dirección se mantiene correcta y la suspensión sostiene bien en curva, se introduce el ESP que no incluye cancelación manual y corta subvirajes hacia los que este Polo parece más propenso pero no crítico. Quizá los neumáticos Hankook que calza no terminen en ir en sintonía con el buen funcionamiento del conjunto y destacan por ser el último en la fila. Otra sorpresa desagradable la observamos en los consumos. Creyendo por la homologación que es un coche que consume poco, cuando te das alegrías en carretera revirada supera muy ampliamente los irrisorios 4,7 l/100 homologados si conducimos alegremente. En una conducción normal ronda entre 5 y 7 litros.
Breve inciso sobre consumos:
Los vehículos turboalimentados de gasolina ‘de moda’ homologan muy bien dentro de la normativa europea. Pero, no os llevéis a engaño. Son más sorprendentes a posteriori que otros que en papel parecen más gastones y luego resulta que se mueven en un rango menos cantoso. Este tema nos sirve otro debate.
Tecnología y gadgets:
Nuestro Polo incluye el MirrorLink, sistema por el cual podemos acceder con nuestro movil y emplear aplicaciones así como acceder a nuestros contenidos de nuestro smartphone desde la pantalla táctil central.
A la hora de configurar el Bluetooth con el teléfono debo decir que el Polo resulta sumamente sencilllo (y lograr así un auto-móvil jejeje después de este comentario alguien me soltó una colleja). Dejo el vídeo de cómo configurar el bluetooth para que veáis lo friendly user que es en éste coche.
Lo dicho, lo complicado es, más adelante el manejo de la pantalla táctil para dominar las tecnologías y utilidades de este sistema.
El sistema Start Stop es desactivable y funciona realmente bien, VW hizo bien su trabajo y poco ha cambiado, pero no le pongo pegas.
Práctico y pequeño
El Polo es un coche que entiende muy bien la conjunción entre tamaño y espacio interior. Las plazas de detrás del VW son cómodas para adultos y el maletero con 280 litros ampliable a 952 es de lo mejorcito de la categoría. Además de aportar cinco puertas que resulta un gusto para un utilitario así
Precio y valoración personal
La unidad probada tiene un precio final antes de descuentos unos 18.420€ y realmente aquí empiezo a ver la pega del Polo. Es un buen coche y eso está garantizado. Si quieres un coche válido para la vida, el Polo cumple dicha función bien y lo sabes. Pero, ¿es el mejor? ¿puedo encontrar mejor relación calidad-precio en el mercado? Sí, pero qué pasa, que ya no es tan fácil como comprar un Polo. Tienes que investigar, leer analizar, comparar, preguntar, visitar concesionarios…
En mi opinión existen coches mejores y con más complementos que este Polo -Que llevaba aire acondicionado, rueda para reclinar asiento y un acabado bastante básico- al mismo o inferior precio. ¡Pero búscalo y encuéntralo! Y cuando montes a alguien y te diga: “¿Es un seat verdad?” Y tú: “no, es un Suzuki”. Echarás de menos escuchar: “¡Qué guay! ¡Tienes un Polo!”
Ahora bien, como decía, el Polo sigue siendo un buen coche y si necesitas un coche y no te quieres equivocar, lo vas a pagar, pero lo vas a tener. ¡Ah! Y con mucho marketing detrás que lo hace aún más molón. Es sí, ten cuidado con los extras que inflan el precio final más rápido que un airbag en el impacto.
Al margen del precio, el Polo me gusta, sigue siendo un muy buen coche. Parece que seguiremos teniendo Polo para muchos años, “¡Ay! ¡la que ha ‘liao’ el Polito!”. Y lo contentos que están los accionistas de VolksWagen con tan buen margen. Y lo satisfechos que quedan los clientes con un coche tan bueno y tan reconocido. Así es el mercado, y así llegan los beneficios a un trabajo bien hecho. Enhorabuena Volkswagen.
FICHA TÉCNICA DE LA UNIDAD PROBADA
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