Nada más acceder a su interior, el Peugeot RCZ R da la bienvenida al piloto con un ambiente muy deportivo: el volante compacto, la pequeña palanca de cambios con el pomo cromado, los detalles en color rojo, el pedalier de aluminio o los asientos de tipo bacquet. Todas estas sensaciones se incrementan cuando el semáforo del Circuito del Jarama pasa de rojo a verde.
En el más exigente de los escenarios, el circuito, el RCZ R demuestra lo que su motor 1.6 THP de 270 CV es capaz de ofrecer. El 0 a 100 km/h se alcanza en apenas 5,9 segundos y poco después llegan los 250 km/h de velocidad máxima limitada electrónicamente. Con casi 170 CV por litro, el RCZ R desarrolla una de las mejores potencias específicas para un modelo de serie. Además, el aligeramiento global del coche ha dado lugar a una relación peso/potencia de 4,7 kg/CV. Gracias a estos atributos, el RCZ R muestra su mejor cara incluso antes de llegar a las curvas de Nuvolari y Fangio… el final de la mágica recta y la primera curva del circuito.
El aspecto racing del RCZ R también se puede palpar. Los recorridos de la palanca de cambios son cortos y su tacto es extremadamente preciso, lo que aumenta las sensaciones de conducción. Tras cada cambio de marcha, el coupé parece pedir más. La dirección es directa y los movimientos se transmiten automáticamente de las manos al asfalto, ya que el volante recoge a la perfección cualquier orden.
Esta reactividad ayuda a tomar algunas de las zonas más técnicas del Jarama, como son Le Mans y Farina. Curvas entrelazadas que exigen al conductor decisión en sus movimientos y que su vehículo responda a la perfección.
Un aspecto esencial para definir la personalidad de este Peugeot RCZ R es su efectivo diferencial Torsen de deslizamiento limitado, que se encarga de optimizar la capacidad de tracción favoreciendo la estabilidad en las frenadas y la velocidad en el paso por curva, incrementando la emoción en la conducción y mejorando el control.
La importancia de este autoblocante sale a relucir en una de las zonas más duras del Jarama, como es la curva de Ascari y su combinación con Portago. La zona de la Hípica requiere una gran habilidad en la conducción, debido a la elevada velocidad a la que se llega a esa parte del recorrido, la importancia de la frenada y la precisión en la trazada, por lo que es necesario que el vehículo se comporte exactamente tal y como desea el piloto.
El dinamismo y agilidad del bastidor del RCZ R son fruto de la tradición en Peugeot y del trabajo específico de los especialistas de Peugeot Sport, que han apostado por un centro de gravedad rebajado, aerodinámica afinada al detalle, neumáticos de alto rendimiento y reglajes de suspensión específicos derivados de la competición con nuevas leyes de amortiguación, muelles más duros y un centrado anti-balanceo retrasado.
El RCZ R necesita menos de 61 metros para pasar de 130 a 0 km/h. Para conseguir este registro, monta discos ventilados de 380 mm de diámetro y 32 mm de grosor con pinzas de aluminio de cuatro pistones en el tren delantero. La contundencia y resistencia del sistema de frenos se pone de manifiesta en cada una de las fuertes frenadas del circuito, respondiendo una y otra vez con la misma precisión.
Este modelo se muestra tal y como es en todo momento. El par máximo de 330 Nm se entrega desde muy bajas revoluciones, 1.900, y se mantiene estable hasta las 5.500 rpm. En lo relativo a recuperaciones, pasa de 80 a 120 km/h en 6,8 segundos en sexta velocidad.
En la doble curva de Monza, la penúltima antes de encarar la recta de meta, salen a relucir estos registros. Requiere frenar tarde, y hay que esperar el momento justo para volver a acelerar y encarar la curva del Túnel que da acceso a la recta principal. Para superar este tramo con garantías, es necesario contar con una elasticidad de primer nivel, y el RCZ R está sobrado de potencia a bajo, medio y alto régimen.
Un elemento acompaña a los amantes de los detalles de deportividad en el RCZ R. El sistema de sonido, asociado a una línea de admisión específica y a otra de escape modificada, convierte las aceleraciones y los cambios de marcha en una agradable experiencia en sí mismas.
El RCZ R es el modelo de serie más potente de la historia de la Peugeot. Este hito no está reñido con la eficiencia y el respeto medioambiental. Prueba de ello son sus consumos, de 6,3 l/100 km en ciclo mixto, y unas emisiones de 145 g/km de CO2.
Dar a luz este Peugeot RCZ R no habría sido posible sin la total implicación de Peugeot Sport en el proyecto. Este radical coupé es fruto de las sinergias entre esta división y la Marca. Los pilotos de Peugeot Sport han participado activamente en su concepción, desarrollo, puesta a punto y pruebas. El Peugeot RCZ R nace desde, por y para el espíritu racing.
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